Cuando algo se rompe por dentro

martes, 8 de diciembre de 2009


Cuando algo se rompe por dentro, lo notas. Sabes que algo no va bien, pero al principio tienes la esperanza de que igual que se rompió solo, se arreglará solo.

Pasa el tiempo y te das cuenta de que esa pieza rota sigue ahí, con la diferencia de que ahora la herramienta que necesitas para arreglarla la tienes oxidada por el desuso.

Y es entonces cuando sientes miedo, no sabes lo que pasa, pero eso que pasa va a más. Te sientes herida, distante de la gente que te quiere, insegura y sola. Sola porque no puedes esperar que nadie te comprenda cuando ni tú misma lo haces. Y entonces vienen las preguntas ¿y si este mal estar va a más? ¿Y si nunca me arreglo? Buscas ayuda en un psicólogo, pero no estás segura de que sea la mejor alternativa porque esa pieza suelta y rota está muy escondida y no sabes detectarla para explicar a un profesional cuál es. Por otra parte, no es fácil poder pagarse un psicólogo durante mucho tiempo cuando estás empezando a trabajar y tu salario no es para tirar cohetes... De manera que pasados un par de meses lo dejas, con la esperanza de que tú misma sepas curarte.
Y no te curas, pasa el tiempo y no te curas. A veces parece que la pieza está arreglada, que no hay nada suelto dentro de mi, pero al mínimo golpe la pieza vuelve a sonar, recordándome que cuanto más tiempo pasa, más forma parte de mi naturaleza rota.

Odio ser quejica, no me gustan los llorones, siempre he sido una luchadora... pero no me he querido lo suficiente. Por eso quizá no me arreglo. Porque no me quiero lo suficiente. Te lees mil libros de auto-ayuda que de poco valen, simples recetarios de gente que no sabe de lo que habla. Más soledad, más silencio, más miedo...

Quiero que esto termine, necesito que esto termine porque no quiero que mi vida se vea arrastrada por mi pieza rota. Tengo una pareja estupenda y un buen trabajo y ambos se pueden encontrar en peligro si no me arreglo. Lo sé, me lo dice algo por dentro. No puedo hablar con nadie de mi rotura porque me mirarían con cara de no entender nada. Y cuanto más lo disimulo más se nota desde fuera que algo falla.

Esta semana algo ha dado la voz de alarma, esta vez ha sido mi salud. He tenido dos desmayos en una semana. Bajadas de tensión, pero sé que están provocadas por el agotamiento de tirar de un carro a lo loco, sin dirección y sin motivo. Necesito arreglarme. ¿Qué tengo roto?

2 comentarios:

Irreverens dijo...

Mmmm... Bueno, insisto en lo del yoga.
:)
¿No tienes ningún centro cívico cerca de casa, donde impartan sesiones?

Mafalda dijo...

Pues lo tengo que investigar, porque es posible que sí haya... Ya te contaré ;) tomo nota.

Un besote Irre

 
◄Design by Pocket